Las mejores mantas para sofá: el regalo perfecto.

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Ha llegado el frío y hay días en los que el mejor plan es el sofá y una buena película o serie de televisión. Pero no sería un plan perfecto si no fuera por esas mantas que siempre están a mano y que ayudan a hacer que el ambiente sea más cálido y también mucho más íntimo y agradable.

Las mantas de sofá o plaids son perfectas para tener un momento romántico con tu pareja, para estar a gusto con tus hijos viendo sus programas favoritos o, ¿por qué no? Para tener todo el sofá para uno mismo y disfrutar de una buena siesta. Son tan perfectas que hasta a nuestras mascotas les encantan y a la que nos despistamos se han hecho un hueco debajo sin importarles mucho que humanos estén usando la manta.

Pero, ¿cuáles son las ideales en tu caso? Porque hay muchos tipos de mantas para el sofá y no todas son iguales. Cada tipo de manta tiene sus pros y sus contras y por eso vamos a dar una serie de consejos para que escojas la perfecta para tu sofá y para el uso que quieres darles. Advertimos que no hay por qué quedarse con una sola, a veces en una misma sala de estar se dan varias de las situaciones que vamos a describir y tener mantas apropiadas para cada caso es la mejor opción.

Mantas de pelo

Las mantas de pelo son sumamente suaves, acogedoras y tienen un aspecto muy sofisticado. Por eso son perfectas para impresionar a tu pareja y que se sienta más propensa a dejarse envolver en el sofá y a dejarse llevar por la situación.

Son también ideales para personas adultas que quieran disfrutarlas para una buena siesta o para ver su programa favorito muy arropadas. Estas mantas son agradables, bonitas y muy decorativas pero tienen también algún punto en su contra.

El principal es que no suelen llevarse muy bien con los niños, especialmente con los más pequeños, que pueden dejar de todo pegado en las mantas y que cuanto más pelo tengan, más complicarán su limpieza. No son recomendables tampoco para quienes disfruten comiendo en el sofá porque tienen tendencia a llenarse fácilmente con migas y a coger olores.

Además, aunque se puedan lavar en la lavadora, el pelo puede acabar estropeándose de tirar de trocitos de caramelo, chicles o de comida pegada en ellos.

Mantas sin pelo

Las mantas sin pelo, especialmente las de colores más sufridos y las estampadas, son perfectas para disfrutar de ellas toda la familia. Al ser gruesas protegen bien el sofá, pero a la vez también son cálidas y acogedoras si se trata de meterse debajo.

Al no tener pelo se limpian más fácilmente, incluso con un cepillo o con la misma aspiradora, por lo que se mantienen mucho más tiempo sin tener que ir a la lavadora. Si se compran resistentes pueden incluso soportar el roce de los zapatos o las pinturas del colegio.

Escoge siempre mantas que se puedan lavar en la lavadora con facilidad y que den mucho calor pero sin ser especialmente gruesas, así no solo podrán lavarse en cualquier lavadora y no solo en las más grandes, sino que además se secarán con mucha rapidez.

Las mantas sin pelo en tonos estampados son muy lucidas y resisten mucho mejor las pequeñas manchas y suciedad causada por los niños en el día a día. Los tonos lisos resultan más fáciles de combinar, pero tanto si escoges mantas lisas como estampadas descubrirás que les vas a dar muchos usos diferentes, tanto para decorar como para proteger el sofá o para dar calor.

Fulares para sofá

Y si puedes decorar tus sofás con mantas, también puedes hacerlo con fulares para sofá que puedes combinar con el uso de mantas. Así, no tendrás que escoger entre estar debajo o encima de la manta. El fular para sofá hace la función de una funda, pero al ser un gran pañuelo sin forma se adapta perfectamente a tipos de sofás que con las fundas convencionales no acaban de quedar bien.

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También son perfectos para quienes buscan una decoración muy diferente ya que la forma en la que quedan es totalmente diferente a las fundas y mientras que esas son principalmente lisas o con un estampado muy tradicional, los fulares permiten todo tipo de dibujos modernos y con colorido que dan un aire distinto a cualquier sala de estar, encajando sobre todo en aquellas más juveniles.

Los fulares protegen el sofá, le dan un aire muy diferente y son muy decorativos. Son muy finos y no son válidos para dar calor en invierno, por eso se usan combinados con las mantas. El sofá está protegido y nosotros conseguimos el calor que buscábamos. Realmente, no se puede pedir nada más.

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