El colchón es una de las partes más importantes de la cama junto con el somier. Sobre el colchón vamos a descansar y va a tener que soportar nuestro peso y nuestros movimientos durante la noche y no debe de deformarse. Pero, además de eso, también sufre un gran riesgo de mancharse, ya sea con sudor o con restos de piel muerta o con bebidas o comida que puedan caer sobre la cama.
En el caso de los niños pequeños y de las personas ancianas los riesgos son mayores ya que además pueden sufrir escapes de orina durante la noche y es más fácil que puedan tirar cosas accidentalmente sobre la cama. Para proteger el colchón hay dos tipos de elementos que ayudan a que se mantengan lo más limpios e impecables posible, las fundas y los protectores.
La funda es la primera protección que se coloca directamente sobre el colchón. Su misión es evitar roces directos contra la tela que lo recubre y de paso también protegerlo de manchas. Sin embargo, no deja de ser una tela muy fina transpirable que, realmente, no va a impedir que con el paso del tiempo pueda acabar con manchas o suciedad. Por eso se utilizan los protectores, una ayuda extra para mantener el colchón en buen estado durante más años.
Clasificación según su forma de colocación
Según la forma de colocación encontramos dos tipos de protectores para el colchón:
- Protectores de colchón tipo bajera: Se colocan al igual que una sábana bajera. Tienen gomas en los laterales que encajan en el colchón y quedan perfectamente fijados. Tienen la ventaja de que se pueden quitar fácilmente para lavar.
- Protectores de colchón integrales: Son idénticas a las fundas en su sistema de colocación, ya que cubren el colchón por completo y se cierran mediante un sistema de cremallera. Su punto fuerte es que protegen todo el colchón, incluso los laterales y la parte que queda sobre el somier, contribuyendo así a evitar roces.
Clasificación según su función
No siempre se busca la misma función cuando se coloca un protector en un colchón ya que no todas las personas tienen las mismas necesidades. Aquí podríamos incluir una gran cantidad de variedades, pero hemos puesto tan solo las más habituales en el mercado.
- Protectores de colchón transpirables: Son los más sencillos. Protegen del sudor y suponen un extra respecto a las fundas. Pueden ser integrales o pueden ser tipo bajera. Es conveniente lavarlos con cierta frecuencia si se suda mucho para mantener una buena higiene en la cama y evitar que el olor se impregne en el colchón.
Estos protectores son muy prácticos y se lavan y se secan con facilidad. Son perfectos para personas que no sudan demasiado y que no suelen comer o beber en la cama.
- Protectores de colchón impermeables: Son los más habituales para niños y para ancianos, aunque también son utilizados por personas que sudan más de lo habitual y no quieren acabar empapando el colchón incluso con un protector. Normalmente son estilo bajera para poder retirarlos rápidamente si se mancha con líquidos. Llevan una capa de tejido impermeable que está recubierta por una capa de tejido de algodón, normalmente tipo toalla para que empape con más facilidad. En el caso de que se caiga un vaso de leche en la cama, por poner un ejemplo, solo habría que cambiar la ropa de cama mojada y el protector. El colchón estaría totalmente seco. Para evitar que se caiga líquido puede secarse el protector antes de retirarlo.
Una de las mayores desventajas de este tipo de protectores es que pueden hacer un poco de ruido, debido sobre todo a que la capa impermeable es plástica. Esta misma capa puede dar algo de calor extra y hacer que se sude algo más en la cama ya que aunque se duerma sobre algodón, lo que hay debajo no es tejido transpirable.
- Protectores de colchón reversibles: Son una variación de los protectores clásicos pero con la peculiaridad de que tienen dos caras diferentes, una más cálida para el invierno y otra más fresca para el verano. Así, se intenta evitar el problema que algunas personas tienen con los protectores y que no es otro que el calor que pueden dar.
Muy útiles, pueden ser integrales o tipo sábana bajera. Ayudan a graduar la temperatura de la cama y evitar el calor extra innecesario.
- Protectores de colchón acolchados: Estos protectores, además de cumplir con su función básica, ofrecen un extra de comodidad en la cama ya que están más mullidos. Pueden tener diferentes grosores aunque, lógicamente, nunca van a llegar al de los colchoncillos extras o toppers.
La principal ventaja de estos protectores acolchados es que, siendo cómodos para todo el mundo, suponen una comodidad importante para personas que están encamadas y precisan de todo el confort posible.