1-Usa y abusa del blanco
El blanco es luz y frescor, por eso en verano no solo debes usar este color para tu ropa de cama, cortinas y complementos, sino que incluso puedes abusar de él. Además, es un tono que está de moda y que puedes emplear también en las paredes de tu casa o en los muebles si estás pensando en redecorar alguna habitación. No tengas miedo de que tu casa pueda parecer muy fría, para eso están los complementos cálidos que dejarán el termómetro en su lugar llegado el invierno.
2-Los colores ácidos dan luz a tu casa
Si el blanco es luz y frescor los colores ácidos como el amarillo, naranja o verde lima no se quedan atrás. Pero este tipo de colores tan llamativos no deben de ser protagonistas de la habitación a no ser que tu personalidad así lo demande. Estos colores son perfectos para salpicar estampados o para adornos y complementos. Dejarán que el verano entre en casa pero sin resultar excesivos. Los pequeños detalles pueden ser los que marquen grandes diferencias decorativas así que no dudes en jugar con estos tonos vivos.
3-¿Hay algo más veraniego que las flores?
Las flores y las hojas están presentes en todos los estampados veraniegos y también pueden estarlo en tus colchas, sábanas y cojines del cuarto de estar. En función de lo que hemos dicho antes, una colcha perfecta sería una colcha blanca con un estampado floral con colores ácidos. Es difícil imaginar algo que invoque más al verano y que nos haga sentir más motivados. Este año se llevan los estampados de gran tamaño, así que elige una colcha con un gran estampado central que contraste con el blanco del fondo.
4-Los tejidos gruesos y cálidos, mejor ni verlos
Procura sacar de la vista todos los tejidos gruesos y cálidos. Por ejemplo, los cortinones puedes recogerlos por completo a los lados o incluso descolgarlos hasta que llegue el otoño. Las sillas, sofás y sillones con tapizados muy cálidos es mejor taparlos con fundas más frescas que hagan que de más gusto sentarse y que, además, contribuyen a cambiar la imagen de una forma sencilla y bastante económica. Evita también adornos como mantas para el sofá y cambialos por colchas de verano o fulares que son mucho más frescos y adecuados para la estación.
5-Visillos y estores que dejen pasar la luz
La luz es importante en el color pero no vale de nada tener colores luminosos si no entra luz natural por las ventanas. Para potenciar la luz usa visillos o estores finos que permitan pasar la claridad. Si es necesario, protege tus muebles y suelos usando cortinas que tengan un filtro solar contra los rayos perjudiciales. También puedes utilizar filtros que se pegan en los cristales de la ventana y que impiden que el sol pueda dañar suelos de madera o muebles caros.
6-Cambia las alfombras de lana por otras de fibras naturales
¡Qué suaves y cálidas son las alfombras de lana! Pero en verano son excesivas. Puedes guardarlas y dejar los suelos al descubierto, pero si no quieres hacerlo bien porque no te guste tu suelo bien porque quieres protegerlo, usa alfombras naturales como las que están hechas de coco, de bambú o similares. Hay diseños preciosos, en tonos lisos o con bonitos colores para que puedas combinarlos con el resto de la habitación. Le darás a tu casa un aire mucho más veraniego y ganarás en comodidad en tus suelos.
7-¿Por qué no atreverse con unos vinilos?
Si en verano te sientes más desenfadado y con ganas de probar cosas diferentes pero tienes miedo a pasarte y que luego en invierno te pesen los cambios que has hecho, juega con aquellas cosas que puedes quitar con facilidad, como por ejemplo los vinilos. Unos vinilos decorativos en la pared pueden hacer que tu habitación se vea más divertida o más moderna. Los hay de muchos tipos, pero aquellos fotovinilos que invocan paisajes veraniegos son perfectos para esta época del año. Si son de calidad, al quitarlos no tienen por qué dejar ninguna marca en la pintura.
8-El algodón es tu mejor aliado
Por último, al elegir tus tejidos para el verano, ya sean para la ropa de calle ya sean para la ropa de hogar, no te olvides nunca del algodón. Es la fibra natural más fresca porque absorbe el sudor y da sensación de frescor permitiendo dormir mejor por las noches. Además, el algodón es muy respetuoso con la piel, sobre todo con aquellas más sensibles como son las de los niños, que ya sufren bastante en verano debido al sol, el cloro y el salitre y que se merecen una suave caricia reconfortante al llegar la noche y meterse en el medio de las sábanas.